
Dos profesores de la Universidad de California (UCLA), Ric Kaner y Maher El-Kady, trabajaban con este propósito cuando encontraron accidentalmente una nueva aplicación del grafeno que podría revolucionar las futuras baterías. Los expertos desarrollaron un super-condensador que permitiría cargar aparatos entre cien y mil veces más rápido que las baterías convencionales.

Con la batería de grafeno sería posible cargar un iPhone en tan sólo treinta segundos o un coche eléctrico en pocos minutos. Además de ahorrar energía, esto permitiría crear aparatos más pequeños dado que por lo general las unidades de almacenamiento de productos como teléfonos o automóviles eléctricos imposibilitan reducir su tamaño.
Los expertos creen que en menos de una década el grafeno revolucionará a todo el mundo digital comercializando productos como papeles electrónicos, pantallas gigantes, teléfonos y otros dispositivos.